30/12/07

fin de año

La vida
que hace trampas
a veces
nos entrega
las cartas más urgentes

(Variación positiva del Bremen)

Feliz 2008 a todos


27/12/07

Y la corriente
alterna
entre el vaso
el aplauso
de una mano a la tuya
por detrás de la ropa.
Yo te estoy transmitiendo un mensaje.
Sabes
que me habría ido igual
si no vinieses
pero tal vez

me importaría el dónde.


23/12/07

la mesa se extiende...

el mantel no alcanza. Cada año somos alguno más. Y siempre somos dos menos. Cuando el abuelo murió, nació un niño con su exacto gesto, con sus mismos vicios. Aunque no se conocieron y nunca se verán delante de nuestros ojos. La vida es la misma para las pájaros, no hay un incierto lugar común para retratarnos todos juntos. La cercanía de la sangre. El espacio inabarcable de la muerte. En las canciones heredadas en un pueblo que yo no conozco, faltan las voces, el agudo sonido de un almirez de cobre, la subida y bajada de la botella de anís. Siempre falta la madre. Yo me niego cada año, ese día antes de nochebuena, a discutir los versos de las tradiciones. No es que no me los sepa. No es que no fuera feliz cuando no alcanzaban mis ojos apenas para mirar el belén y llegaba este día. Soy la sobrina en silencio, la que se parece a su padre, la que se calla y no se conoce. La que a cierta hora desparece entre los telones de la cocina y el salón donde duermen la siesta, mientras el ruido y el jaleo del encuentro, los hombres de la familia. Las mujeres son alegres. Tienen manchas de color canela en las manos y los ojos pequeños y brillantes. Es la sabia de Extremadura y de la encina. Las migas se calientan en el microondas. “Cuando volvíamos a las cinco de la mañana, los muchachos nos hacíamos migas. Uno llevaba el pan, otro el chorizo”, me cuenta. Y luego discutimos sin vocación él y yo sobre repúblicas. Otra se queja de que le llegó la nieta cuando apenas tenía fuerza en los brazos para sostenerla. Hay niños. Niños nuevos que sonríen cuando las canciones dejan de ser navideñas y tienden a la picardía. Se discute el orden de las estrofas. Siempre se discute el orden. Y siempre las preguntas. Y nunca las respuestas. Mi padre también hace silencios mientras mi madre se enreda en conversaciones al oído con las mujeres, todas sentadas a la mesa. Se les escapa una voz más alta y les pregunto. Y al final todos sonríen. Y regresan. Porque siempre se vuelve, a ese día antes de navidad, antes de nochebuena y se me clava en el alma saber que aunque sigan sumándose a la mesa, algunos lugares empezarán a quedarse vacíos. Yo entonces tal vez cante para transmitir esta herencia. Y tal vez otra niña se escape de la fiesta por la puerta de atrás de la familia.
-

Para Carmen, porque me hace mucha ilusión que me lea desde la oficina

22/12/07

ahora

ahora que te desnudo/y me desnudas/y en la estación de las dudas/
muere un tren/ de cercanías

Y entre las dos costillas
un silencio de naúfrago
y una razón
que ya no espera
ni barco
ni verano.
Y habitar una casa
sin horas
que nos muerdan
y con ruido
pero sin voluntad
de fríos ni de noche
de salir a la calle
a despedirse. Poner

orden al tiempo

y a los labios.
Salida de un vagón
que aun se nos desliza
entre las manos,
un último minuto resbalando,
un pie que titubea.
Y acaricia.

18/12/07

30’ 100 ºC velocidad 1

El vapor de la cebolla caramelizándose en el fondo del vaso.
Respiro un azúcar gaseoso que emborracha.
Las pasas, su dulce densidad, las nueces.

Abrir la carne, untar el queso.
Las manzanas se inflaman sobre la bandeja.
Pintan de morado las ciruelas el plato.
Todo es olor y tacto.
El vino se deshace por el aire.
Cierro los ojos y huele a fiestas que no conozco.
Es la carne suave de las aves.
Se confunde el polvo de los frutos secos con la madera.
Tengo ganas de hierbabuena, de licor blanco.

De gargantas ardiendo.
El día es gris. Pero no importa.

Toda la casa es como un vientre que duerme.
Conduje desde temprano hasta las primeras calles.
Mi hermana se despidió con un beso.
No intuyo a qué olerán las casas del futuro.
La ventana recorta la cuenta atrás de este invierno.
Pero estamos a salvo de sus garras bajo las sábanas.
Fuera quedan la lluvia y la política.
Y tú en alguna calle.

-

17/12/07

años



Mi madre ha sacado las viejas fotografías de las cajas de lata. Donde mi padre parece un revolucionario con poncho de llama sentado en la plaza Elíptica y ella una actriz de cine francés. Y yo. Yo que pensaba en cómo sería a los 14. Y quedaba tanto... Pero la revolución le pilló trabajando y yo ahora le encargo que me traiga Lebküchen en un sms. Y ella descubre que con una cámara digital se pueden quitar las arruguitas que la felicidad nos ha ido dejando a todos en la cara.



13/12/07

no dejes de hacer trampas
-
señalas la tormenta
de arena
en la ventana
-
juguemos a este engaño
que a voz en cuello
pierdo

12/12/07

24 ventanas

calendario de adviento

“Las canciones tristes me dan euforia”
Mueren 14 en atentado en Bagdad
Etarra detenido al sureste francés
Kosovo ultima su independencia
Retiran por error una custodia
Estallan dos bombas en Argel
Alonso y su idilio con Renault
La OTAN mata a 50 talibanes
Las mujeres rurales, invisibles
Azafatas desnudas y polémicas
10 millones de niños explotados
Dimite del gobierno de Leganés
Una cicatriz más en los Balcanes
Deportistas de élite reinsertados
10 familias sin casa en el Salobral
Matan al líder del ejército libanés
La Habana en la calle pide derechos
Estados Unidos no reduce emisiones
Muere escritor caníbal en México
Indicios de fuego en Marte
Amanece rojo Madrid
Al Qaeda golpea
Guerra
Paz



Esto es Belén

10/12/07

Espacio vacío:

la vida va a llenarse de matices.



En Madrid amanece
y el horizonte advierte
las líneas de tu cuello.
Y a menudo
en las noches de ron
y de amistades
me arriesgo a recordarte.
Decido dónde y siempre
te enredas por mis sombras,
penetras mi espejismo.
Pero esta vida mía
(obliga biografía)
va a dejarte dormido
sin ansiedad ni pérdida
porque hasta la más atroz de tus verdades
tiene ese olor a brasas
debajo de la mesa
que recuerda a pasiones
a trampas de las manos
equívocos previstos.
Y flacas madrugadas
en saldo negativo
de caricias
y mientras tardes
tardes
y un sol desesperado
en cuerpo y lana roja
calor en polvo seco

besos de agua
cristal y labios.
Por eso, amor,
me subo ya a este avión en que me tientan
el pasaje está intacto,
la espalda siempre abierta
para injertar las alas.
Sabíamos que el norte
iba a ordenar las pérdidas.
Maldita la veleta
y los cobardes.

9/12/07

córdoba



Bajar a Córdoba temiendo

que si apretaba su nombre

desaparecía el cuerpo

la mirada
- qué muerta -

fantasmales esquinas

desgastadas de espera. Pensar en otro. Y luego

un vino dulce

de tarde y agua

una violenta risa. Y la ciudad
tan blanca

tan vertida la noche

en sus aceras.

Revienta en flor roja la pascua

y tú

tan de pronto

y tanta luna nueva.

El tango del naranjo

vino
-----dulce

a despertarnos.





* (la historia de las pléyades está al principio del blog... pensé que tenía caducidad, pero quién soy para decidir cuánta)

3/12/07

... en la secreta casa de la noche
Jorge Teillier

Ha vuelto al amanecer como un gato.

Vuelve y restriega

su lomo tibio por mis pies. De pronto

hay leche por todas partes derramada y un olor

a piel tostada en ciudades a las que no les queda nada

de costa ni de humor

ni silencio para pensarse dos veces el mañana.

Y su boca

y la isla

donde el calor le ha hecho ser un gato invernal, escurridizo

de grandes ojos fijos en la nada

en esta nada gris de tantos años

de pétalos crujiendo y sábanas

cuencos de anís caliente

avena

y el estallido del pan

dilatando la leña y los suspiros

donde yo quiero vivir el resto de mi vida.

En esta nada tuya sin palabras ni música

ni sueños tan absurdos de niña puño en alto.

Y como un gato, como uno o dos o más gatos

recorrer las esquinas de la vida

los dos bajo los árboles de una ciudad ya rota

con el dolor dormido

llenos de jugo y ramas

de orillas

y sus piernas

acopladas perfectas a este salto.

Preguntar por el frío, por el vino

por todo el desengaño que produce

que le lleve hasta un bar, una cantina rota

y esté el metal ahogándola en plena madrugada

y un hombre rubio, pálido y templado

nos diga así sin más entre nosotros

- el desencanto dónde-

sin aliento ni aviso ni traidores

de una séptima vida concluyéndonos.

La lengua nos ha visto

atrabesarnos juntos

como un gato que huye de la casa a la calle

interior de los dientes, su bostezo

y sacarle las uñas al futuro

lamentarnos los dos

de las torpes señales de la noche.